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miércoles, 21 de julio de 2010

Gáldar reclama los restos óseos de Fernando de Guanarteme a La Laguna

El Instituto de Estudios Históricos de Gran Canaria acelera las gestiones para recuperar los restos de Fernando de Guanarteme, el último rey de los aborígenes de la vecina isla que participó en la conquista de Tenerife y que se encuentra enterrado en la ermita de San Cristóbal, en la avenida Calvo Sotelo de La Laguna. La asociación, apoyada principalmente por el Ayuntamiento de Gáldar, ha pedido abrir la lápida de la ermita lagunera para constatar si efectivamente los restos óseos que allí se encuentran son los de Tenesor Semidán, que era su nombre aborigen hasta que fue bautizado como Fernando de Guanarteme, y poder así repatriarlo a Gáldar.
Miguel Rodríguez Díaz, secretario del Instituto, reconoció ayer a este diario que las gestiones para recuperar los restos "han avanzado, pese a las enormes dificultades" y que, incluso, la asociación ha contratado a un abogado para acelerar los trámites con las diferentes administraciones competentes. "Somos conscientes de las dificultades de sacar a Guanarteme de La Laguna, pero hemos ido escalando peldaños y cada vez estamos más cerca", matizó. Los últimos pasos han sido consultar al Vaticano sobre qué destino deberían tener los restos si finalmente salen de la pequeña iglesia de Aguere y solicitar el permiso de traslado a la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. El Vaticano ha aclarado que tendrían que ser realojados en otro centro religioso de Gáldar, mientras Sanidad ha respondido que el permiso antiguo puede ser renovado sin inconvenientes.
"En este momento se está preparando el informe jurídico para poder desenterrarlo", informó Rodríguez Díaz, quien recordó que el destino que desea para los huesos del líder aborigen es el municipio de Gáldar, de donde se piensa que era originario Tenesor Semidán y cuyo ayuntamiento ya lo nombró Hijo Predilecto de la Ciudad. El pleno del consistorio local de Gáldar aprobó en enero de 2008 designar con esta distinción al rey aborigen, en una iniciativa popular presentada en octubre de 2007. En los fundamentos de la iniciativa se cita la ley de la memoria histórica como un instrumento que podría servir para restituir al municipio grancanario los restos de Guanarteme.
Ya en los años sesenta se levantó la lápida de la ermita lagunera y se hallaron los restos óseos, aunque no se hicieron estudios que determinaran si, como se ha creído siempre, se trataba de Fernando de Guanarteme. Miguel Rodríguez Díaz cree que con la tecnología actual se podría verificar este extremo, con la ayuda de los perfiles genéticos de los descendientes de este líder aborigen. "La polémica desatada en su momento enfrío las primeras gestiones para recuperar estos restos, pero ahora se ha reactivado. El Obispado de Tenerife puso reparos al no haber una confirmación de a quién pertenecían. Sin embargo, ahora creemos que se puede salvar esta traba para poder hacer las pruebas pertinentes", indicó el historiador.
Para Miguel Rodríguez, son muchas las instituciones y personas que han apoyado la iniciativa en Gáldar y otras localidades de Gran Canaria. "Hay que tener en cuenta que la misma Constitución consagra el derecho de que una persona pueda ser enterrada en su lugar de origen. En eso y en la ley de la memoria histórica nos apoyamos para sacar adelante una petición que ha recibido miles de adhesiones en Gran Canaria", precisó. Rodríguez cree que la postura del Ayuntamiento de La Laguna no será un impedimento al depender una iniciativa de este tipo del Gobierno de Canarias, aunque admite que quiere contar con el permiso del consistorio de Aguere para que el traslado se haga con el mayor consenso.
"El nombre de Fernando Guanarteme es el mayor referente de inteligencia, dignidad y amor a su tierra que ha existido en la región canaria, sostiene el Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme. Sin embargo, su historia ha generado intensos debates en los analistas de la historia, que le han tratado tanto como por ser ese estadista que supo elegir el mal menor y lograr así un acuerdo con la Corona de Castilla, como por convertirse en el traidor colaboracionista que se sumó a las tropas de los conquistadores en sus batallas contra los guanches, en Tenerife.

[Fuente: La Opinión de Tenerife]
[Foto: Fachada de la ermita de La Laguna donde están los restos de Guanarteme]

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